jueves, 22 de marzo de 2012

Los sueños

Cuando el cansancio gobierna mi cuerpo y me hace caer rendido ante las sabanas del reposo y del tiempo, a vísperas de un día nuevo llega a mí la gran curiosidad de saber qué soñaré esta incrédula noche. De qué cosas extrañas seré testigo o protagonista, qué aventuras soñaré mientras mi mente vuela por este mundo. Esas solo son unas de las tantas preguntas que me hago antes de ser esclavo de la noche. 
Los sueños nos invaden sin avisar en qué momento llegamos a ese instante de irrealidad, porque no hay un inicio el cual recuerdes, pero sí un final el cual, en algunos casos, puedes contar. En este mundo de lo inconsciente, lo real se convierte en algo absurdo y aburrido. Volar es normal en estos lares, y vivir lo inimaginable es común ante tus ojos. 
Hay sueños en donde la visita de personas no siempre son de familiares o amigos cercanos, pueden ser gente conocida por todos y que admiramos, o sino de personas que solo conocemos de vista, y luego nos surge la pregunta: ¿Qué hacía él o ella en mi sueño? Es tan curioso ver cómo los sueños están atados a los recuerdos, a los momentos, a los amores, a las amistades, y a todo lo vivido y no vivido a lo largo de nuestra vida. 
Sería interesante que los sueños fueran como cuando imaginamos: recrear aquel instante que uno desea pero que lo sienta como si lo estuviera viviendo, sería como regresar en el tiempo, aunque en la realidad no cambiaría nada, pero podríamos ver qué es lo que hubiera pasado si las cosas hubiesen tomado un rumbo distinto. 
Muchos de los sueños se relacionan con el amor, como cuando uno está enamorado y sueña con esa persona, porque quisiera saber de su vida y estar por lo menos un momento a su lado. Es que los sueños abren puertas increíbles con tan solo cerrar los ojos y perderse en los misterios del corazón y del alma… «Hoy en mis sueños tal vez pueda volver a mi infancia, llegar de nuevo a la pubertad o verme con esposa e hijos, ya viejo con arrugas y canas, o tal vez ya dejando este mundo, observando cómo me despido de quienes más he querido a lo largo de mi vida».
Sueños que sirven de reflejo, que nos hacen ver aquellos momentos de felicidad en donde reinaba el amor y la paz emocional. Sueños que reviven ilusiones y nos traen de vuelta esos amores que por algún motivo se desvanecieron en el tiempo… «Hoy en mis sueños tal vez la vea a ella, tan hermosa con aquella sonrisa deslumbrante y enternecedora, y quizás al despertar, regresen a mi mente aquellos momentos de amor y de alivio. Lástima que no pueda elegir mis sueños, porque sin duda alguna la elegiría a ella en cada uno de ellos».
Los sueños esconden muchos secretos, como metas e ilusiones, o sentimientos semidormidos, como amores en el olvido, hasta penas que pensamos que ya se habían ido. Y nos sorprendemos al descubrir ciertas cosas de nosotros, y nos ponemos a pensar sobre ello, porque aquel inconsciente dice la verdad, y a pesar de no querer aceptar tal hecho, al final de cuentas es lo que sentimos… «Hoy tal vez en mis sueños podré ser lo que no fui o lo que algún día seré, lo que quise o lo que simplemente nunca imaginé. Quizá hoy me despierte con una sonrisa dibujada en mi rostro o una lágrima acariciando mi piel, con alguna historia inconclusa o con algún recuerdo perdido en el ayer».
Sueños que abren la puerta a un mundo nuevo, en donde la simpleza de las cosas se hacen realidad con solo desearlas, con solo describirlas. Sueños donde la poesía descansa en la inspiración de los hombres. Sueños donde el límite lo pones tú… «Hoy podría volar en la costa de tus sueños, aferrarme al sutil sabor de tus besos y volverme frágil al sentir el calor de tus abrazos mientras corro sobre el mar con las manos al cielo y consigo un cofre de constelaciones donde guardo todas las estrellas del universo en un te quiero de mi voz».
Sueños que traen consigo recuerdos y personas que tanto hemos amado, como sueños que devuelven el llanto, oscurecen el día y nublan los momentos de paz en la vida… «Hoy podría soñar que estoy en otro mundo o tal vez en otro tiempo, y también podría ver a seres queridos que ya no están físicamente conmigo en este momento. Hoy mi sueño tal vez no sea más que una horrible pesadilla, que den a conocer mis más grandes temores y me deje encerrado con el miedo de ya no volver despertar a la luz del día». 
Sueños que desencadenan secretos de antaño, sueños que no recordamos o que no concuerdan con lo vivido, sueños que hacen volar el alma a lugares desconocidos y que recuperan la fe con la manifestación de un nuevo motivo… «Hoy tal vez me iluminen sus ojos y escuche su voz clara mientras veo su rostro borroso como las nubes que cubren la luna llena, hoy o quizás mañana no vuelva a soñar y pierda cualquier esperanza de vida en este mundo donde aún se respira libertad incondicional».
En un sueño podemos ver hasta sentir cosas que nunca hemos vivido, por eso son sueños, cosas que dentro de nosotros algún día anhelamos vivir. Y como dice el dicho: «Soñar no cuesta nada». Así que sueña en vida y sueña en sueños, olvídate de todo y sé libre en este infinito mundo a pesar de las adversidades que estés viviendo allá afuera.



jueves, 15 de marzo de 2012

El comienzo del final

El dolor palpitante nos acoge y desaparece en ellos, deja en nulo cada uno de los sentimientos. Todos los recuerdos vienen a nosotros, las miradas en el ayer nos llevan a aquellos momentos de vida y de gran libertad. El tiempo se romperá al ver que la noche llegue antes de lo establecido, dejando así la ausencia de almas cercanas. La mañana será diferente, la tarde será infinita, el día será un recuerdo, el sol ya no arderá como antes, y la luna se convertirá en un reflejo de nosotros…
Vendrán pensamientos a cada segundo, los recuerdos golpearan el corazón hasta llenarlo de lágrimas. La fuerza se hará débil y la lucha por seguir en pie será abatida por la ley de la vida. Llamados desconocidos abrirán la puerta del alma y volaran los momentos de angustia y de impaciencia. Un 'hola' es cotidiano en los días, pero el adiós no existe en este instante de vida. No siempre llegamos a despedirnos, no siempre podemos dar el último abrazo o el último beso, pero quizás es porque ese no es el final, sino el inicio de algo nuevo.
Los veremos en nuestros sueños, los sentiremos sin tenerlos, los extrañaremos en cada momento y lugar, pero los recordaremos con alegría cuando la paz y la armonía estén presentes en nuestra vida. Dormiremos para siempre en el momento que el destino decida. El aire nos robará lo que queda de nosotros, la tierra formará parte de nuestro traje que dejamos en la vida. El camino tendrá un final, el camino físico verá el límite en nuestro andar. Se manifiestan emociones, se rompen corazones, la mecánica de la vida nos hacen esclavos del tiempo, lo comprendemos, pero al momento se nos hace extraño, no aceptamos la realidad, no queremos tales cambios… 
La estadía en la vida tiene fecha de caducidad, a veces el ciclo se cumple y otras, por desgracia, se adelantan sin avisar, pero el cariño, la valentía y los actos dejan su aroma y su esencia en nuestra memoria, pero, ¿adónde se va la vida? Se desvanece en el horizonte y crea nuevas almas para seguir andando por el mundo en un nuevo empezar, o encuentran el final y todo acaba...
La melancolía nos ofrece un escape, la imaginación nos devuelve la imagen, la fe dibuja un paraíso en el cielo para dejarnos el alivio de que iremos a un lugar mejor, a un lugar infinito. Cada uno tiene una perspectiva, pero nadie puede ver más allá de la vida. No todos sienten lo mismo al desprenderse de alguien especial. La situación es tensa, nos vuelve frágiles a todos, nos destruye y nos une, nos hace entender el lema de la vida. 
Los años pasaran, caerán como hojas en el otoño, dejaran huella en nuestra piel, en nuestros gestos, en nuestros ojos, y en cada rincón de nosotros. La sabiduría gobernará a través del tiempo, dirigirá la astucia y la moral, el llanto y la pena se irán en la sombra de la inmadurez hasta ver la luz de este juego mortal. Los días seguirán pasando, su aroma estará presente, su frescura sanará los momentos agrios, y nosotros seguiremos aquí con la nostalgia, recordando el ayer, recordándolos a ellos, a los que sin decir adiós, a algún mejor lugar partieron...